Un siglo de actividad de las Mesas Redondas Panamericanas

Alianza Mesas Redondas Panamericanas

La primera Mesa Redonda Panamericana fue fundada en San Antonio (Texas), el 16 de octubre de 1916, en un acto llevado a cabo en el Hotel Menger. Nuestra fundadora Florence Terry Griswold se inspiró en los relatos del Rey Arturo y los Caballeros de la Mesa Redonda para nombrar su organización (un círculo sin principio ni fin), simbolizando: Unión perpetua e igualdad de oportunidades.
El lema: "Una para todas y todas para una", extraído de los Tres Mosqueteros de Alejandro Dumas, identifica muy bien el espíritu de nuestra organización.
El anhelo de reunión de los países americanos en una sola nación: la Gran Colombia, expresada por el venezolano Simón Bolivar, ha dado marco a la idea generadora de la organización: unirnos, conocernos, respetarnos y trabajar para la Paz.
Florence Griswold reunió a un grupo de amigas y juntas trabajaron para crear una organización con el declarado propósito de crear vínculos entre las mujeres de los distintos países, sin distinciones de credo o raza, solo dispuestas a donar parte de su tiempo para realizar acciones destinadas a mejorar los lazos que deben unir a los países, con valores, educación, tolerancia y respeto
.

Semblanza de nuestra fundadora Florence Terry Griswold

Nació cerca de Eagle Pass, Texas el 29 de mayo de 1875. Fue hija del abogado neoyorkino, Theodore Terry y la noble dama de Illinois Louisa Jane Lampkin, vivió su infancia entre Eagle Pass y Carrizo Springs en el Rancho de sus padres, “La Pendencia”.
Florence Terry Griswold estuvo muy ligada a las letras y al periodismo, de la mano de su padre Theodore, gracias a la incursión de éste en 1886, en la fundación del primer periódico de Eagle Pass y Carrizo Springs: “The Javelin”, del que fue editor. En él se destacó como escritora, diario que aún se mantiene activo en la región.

Florence se casó dos veces. La primera con el empresario ganadero Felix Shaw en 1894 de quien enviuda en 1908. Tras este doloroso episodio, Florence aprende a llevar las riendas de tres ranchos y a educar sola a sus cuatro hijos, demostrando así ser una mujer muy inteligente, decidida y adelantada para su época.
En 1914, se casa por segunda vez con el exitoso ejecutivo de seguros, John Case Griswold y se muda a San Antonio, Texas.
Cuando la nación mexicana se vio fragmentada por años de guerra civil que incluyó el derrocamiento del Presidente Porfirio Díaz, el asesinato de su sucesor Francisco Madero y los enfrentamientos de Emiliano Zapata y Pancho Villa desde 1910, los éxodos de mexicanos que huían de la pobreza y la muerte eran lastimosos. Florence presenció con tristeza cómo mujeres, ancianos y niños intentaban cruzar Río Grande y tenía noticias de la muerte de muchos de ellos y los maltratos que recibían en la frontera de parte de sus propios compatriotas estadounidenses.
Debido a sus dones en el campo de la oratoria, la escritura y su liderazgo innato, añadiéndole además la dosis de ser una de las mujeres más prósperas de Texas, Florence fue una mujer que cultivó interesantes relaciones con altos dignatarios estadounidenses y de otros países de América, relaciones que aprovechó para encauzar su misión en pro de fomentar el respeto entre los ciudadanos de las naciones de América.
Creía que el desconocimiento y la falta de amor hacia el otro ocasionaban los horrores que le había tocado presenciar en Texas, Estado fronterizo con México.
Con el espíritu de liderazgo que la caracterizó, Florence Terry Griswold, convoca a otras nobles damas para formar centros de ayuda que proporcionen alimentos, ropa y refugio a quienes huyen de la guerra en México y envía sendas comunicaciones a dignatarios estadounidenses para que la apoyen en su labor.

El Pensamiento de Nuestra Fundadora

El Legado: fue escrito por un miembro fiel, muy allegada a la fundadora, con motivo de un programa conmemorativo a raíz de la muerte de la Señora Griswold. (Gladys Noble PART de San Antonio).

"Yo, Florence Griswold, consciente de que llegará el día en que ya no me sea posible guiarles en el camino que hemos elegido seguir, por la presente otorgo y lego a ustedes los miembros de la Mesa Redonda Panamericana, toda mi fe en la entereza de nuestra causa, toda mi esperanza en que nuestros ideales se verán convertidos en realidad. Mi amor y devoción al trabajo, mi valor para encarar las decepciones, mi vigilancia ante condiciones siempre cambiantes, mi compromiso en el deber hacia mis congéneres, mi confianza en la cooperación de todos los pueblos occidentales en nuestro esfuerzo para hacer realidad ese perfecto entendimiento y buena voluntad entre las naciones americanas que presentarán al mundo un frente unido bajo el estandarte de un panamericanismo viviente. Por el gran amor y afecto que siento por ustedes, todo esto les heredo y a través de ustedes a todas las mujeres de las Américas."